
Joan Guerola Tolsà
Nace en Otos, un precioso pueblo de la Vall d’Albaida (Valéncia)
Otos
Te haces presente en el zorro que busca el moscatel,
también en los caminos y en la masía de Suagres,
talmente un centinela incansable él
que nos protege de los malos aires.
Te haces presente en golondrinas y fachadas encaladas
con balcones y rejas de hierro forjadas.
Me gusta el levante en la calle
y las tiendas de agua al alfarero,
bocinas de coche se mezclan
con gritos de los paqueteros, queseros o pescaderos.
Cuelgan limas a la capterrera al sol
entre flores de jazmín que nacen de noche
y mueren de día, como pizarra entre dedos.
Sopla poniente que quema y rasca surcos, cepas y márgenes,
el maldito ponente que arañar paredes y tejados
y cuando se cansa, al atardecer, se duerme con rojeces interminables.
Hasta que las Querns cantaban, tardes de burro junto al fuego.
Tardes hablando de exilio y hambre, y de que teníamos poco.
A menudo se desahogaban con las lágrimas de los llantos.
Campanas que revoltegen, campanas que tocan a muerto;
Antiguamente mujeres a misa a segundo toque
agarradas del brazo, ya no estaban por trotes.
No me olvido de los silencios del pueblo,
menos aún de la gente que lo mueve.
Emociones de Otos que quiero compartir,
no son romances esto de las palabras que digo,
estallar sentimientos tempera y conmueve,
emoción que se pierde, emoción que se va sin alboroto,
pero así, nunca se seca la fuente del corazón,
ya que los muertos han marcado la vida como soy.